Lo que más encarece el precio de una reforma son siempre las calidades y las dimensiones de los materiales; también el cambio de instalación eléctrica y revisión de ciertos equipos.
No obstante, si la vivienda es vieja, estos son cambios necesarios porque la seguridad de los moradores depende de ellos; aunque vayan a encarecer la factura.
Está claro que cada casa es diferente, por eso no es posible cerrar un precio medio sin tener claros los materiales y los electrodomésticos que se desean.
Este es el motivo por el que la mejor forma de hablar de cifras es buscar no encarecer cada fase de la reforma de una cocina en Madrid
Para evitar que la factura final nos dé un susto desagradable hay que tener en cuenta lo siguiente:
En primer lugar, no usar revestimiento cerámico en todas las paredes de la cocina.
El efecto se puede conseguir igual alisando y pintando con el mismo material de la encimera, el cristal o los azulejos.
Por otra parte, y si no es absolutamente necesario, no se debería cambiar el suelo.
Si tu cocina es cerrada lo tienes fácil colocando suelo vinílico encima (mucho más barato que cualquier otra solución). Si por el contrario la cocina es abierta, es posible que también puedas usar el vinilo y ahorrar así algunos cientos.
De lo contrario, trata de evitar materiales caros que puedan tener el mismo aspecto que otros más baratos.
Los tiradores de los muebles también hacen que varíe el presupuesto.
Es posible ahorrar usando uñeros en los muebles de cocina porque son mucho más económicos que el sistema Gola (perfil metálico que se coloca «rebajado» en la parte frontal de la puerta para facilitar su apertura)
Esta es una solución sofisticada, con mejor presencia que unos tiradores básicos, y con un coste menor.
El desescombro y la demolición
Son el pistoletazo de salida para comenzar la obra: desmontar, quitar, retirar y deshacerse de muebles, azulejos viejos, baldosas, electrodomésticos, etc.
En este momento también pueden identificarse pequeños cambios en la estructura del lugar, si fuese necesario, para acomodar convenientemente la nueva cocina.
Este trabajo no es caro; pero puede serlo por culpa de la revisión de gas, luz y agua.
Los muebles
Las calidades van a determinar el precio. Unos muebles baratos o de calidad media pueden costar cerca de 2.500€.
Pero si entramos en productos de alta calidad podemos alcanzar los 10.000€.
Todo esto dependerá de la cantidad que vayan a desearse y, de nuevo, si las tomas de luz son las adecuadas para la nueva distribución de electrodomésticos y mobiliario.
En definitiva, la planificación previa a la reforma y contar con un presupuesto detallado al máximo hecho junto a profesionales con experiencia es determinante.
Cerrar el presupuesto resulta vital, también evitar cambiar de decisiones de forma espontánea.
Por eso, lo recomendable, es partir de cocinas de exposición estándar y calcular mejoras o cambios a partir del precio más básico.